lunes, 5 de septiembre de 2011

Hábitos saludables en el niño o adolescente.

Actividad física, ejercicio y deporte: Estos tres conceptos se suelen usar como sinónimos, pero hay diferencias importantes ente ellos. Actividad física implica cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que se suma al metabolismo basal generando un gasto energético. Las actividades básicas son las cotidianas, como hacer las tareas del hogar, ir a la compra, cargar objetos, desplazarse al trabajo, asearse, etc. Los individuos que se limitan a realizar esta actividad física básica se consideran inactivos, por lo que se debe incentivar la práctica de estas actividades, incluyendo caminar, subir y bajar escaleras en vez de usar el ascensor, con el fin de modificar el estilo de vida, ya que cualquier actividad física es mejor que ninguna.
Como ejercicio físico se entiende cualquier esfuerzo planificado y repetido con la intención de mejorar la forma física y la salud. Por tanto puede incluir actividades tan variadas como andar a paso ligero, montar en bicicleta, nadar. Debe quedar claro que, mientras que todo ejercicio es un tipo de actividad física, no toda actividad física es considerada ejercicio. De forma orientativa podemos decir que la medida estándar mínima para definir el ejercicio físico es caminar con paso enérgico al menos 20 minutos al día. Para saber la intensidad se pueden usar los siguientes parámetros:
- Despacio = 80 pasos por minuto.
- Enérgico = 100 pasos por minuto.
- Rápido = 120 pasos por minuto.
- Carrera  = más de 120 pasos por minuto.
Por último está el deporte. Dentro de este término se incluye todo ejercicio físico ejercido con espíritu competitivo que se rige por unas normas o reglamento.
Ejercicio físico y jóvenes. 
Diversos estudios demuestran que la mayoría de los adolescentes realizan menos ejercicio físico que hace diez años. No realizan actividad física alguna fuera de las clases que se imparten en los centros educativos, dedicando el tiempo posterior al horario escolar a actividades sedentarias dentro de casa. 
Este sedentarismo favorece que, en el futuro, aparezcan enfermedades tales como la obesidad, diabetes, hipertensión, dolor de espalda e incluso problemas de autoestima. Además, se produce un incremento en los Índices de Masa Corporal, provocando una deficiente capacidad cardiorrespiratoria al esfuerzo físico así como falta de flexibilidad.

Para evitar estos problemas, se debe fomentar la realización de ejercicio diario y regular, tanto en jóvenes como en niños, y acompañado igualmente de una correcta hidratación y alimentación adecuada, a fin de estimular hábitos de vida saludables.

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